Del mito al laboratorio (reseña)


Quien no conoce las mitologías griega y romana se está perdiendo una parte esencial de la cultura que orgullosamente llamamos occidental. Y no lo digo únicamente por la gran cantidad de palabras que usamos a diario en nuestro lenguaje coloquial sino también por la enorme profusión con que aparecen en el ámbito científico un sinfín de términos relacionados con personajes míticos como son dioses, héroes, gigantes, titanes, etc.

Desde hace ya unos años se viene percibiendo una cierta tendencia a fusionar mundos que tradicionalmente se consideraban distanciados, cuando no totalmente separados e independientes. Me refiero en concreto a la perniciosa separación entre ciencias y letras, una distinción que hace más daño que otra cosa. De hecho, no son pocas las personas que aún siguen pensando que son incompatibles, por no hablar de opiniones tan extendidas como las que tradicionalmente han considerado incultos a los científicos (considerando como tales a aquellos que se dedican a las ciencias conocidas como duras: física, química, matemáticas, biología), por no conocer según qué obras artísticas, literarias o filosóficas. Sin embargo, no se suele dar un trato análogo a los no científicos que carecen de conocimientos elementales de ciencia.

Y digo que en los últimos años se aprecia una tendencia a difuminar esta perniciosa distinción, pues la incultura cada día es un concepto más bilateral, afortunadamente. Parafraseando al mismo C. P. Snow, tan inculto resulta un científico que no conozca las obras de Shakespeare como un no científico que ignore el significado del segundo principio de la termodinámica. No puedo estar más de acuerdo.

Es por todo lo anterior que libros como el de mi buen amigo "Dani", Daniel Torregrosa, se agradecen, se disfrutan y se hacen imprescindibles en el campo de la divulgación, entendida esta en el más amplio sentido. Y es que "Del mito al laboratorio" viene a cubrir otro de esos vacíos que algunos queremos que desaparezcan de una vez por todas. Unos usamos el cine, las novelas o los cómics, otros emplean manifestaciones artísticas como la pintura o la escultura, siempre con el propósito de hacer llegar a los legos el conocimiento científico en un mundo cada vez más dependiente del mismo. Pero es que Dani ha ido un paso más allá, ha integrado arte, literatura y cine, todo en uno, sirviéndose para ello de la mitología, tanto clásica como nórdica o hasta inuit.

Efectivamente, "Del mito al laboratorio" es un libro de DIVULGACIÓN (sí, con mayúsculas) en el que este químico infatigable en la lucha contra la quimiofobia, abandona por un momento esta, por lo demás, loable misión, para adentrarse y llevarnos con él al mundo de la mitología, de los personajes y lugares míticos a los que aludí en el primer párrafo: dioses, héroes, gigantes, titanes y titánides, etc. ¿Y por qué? Pues por la sencilla razón que los humanos hemos tenido la costumbre de poner nombre a muchas cosas (especialmente, las relacionadas con la ciencia) utilizando como inspiración precisamente estos lugares o personajes de mito y leyenda. Así, nada menos que cincuenta y seis de ellos aparecen referenciados en el libro, todos ellos clasificados en breves capítulos maravillosamente ilustrados, de lectura independiente y muy amena. Así, de la mano de Perseo, Prometeo, Mercurio, Ares, Palas, Helios, Ceres, Caronte, Proteo, Dione, Orión, Thor o Sedna, entre otros, aprenderemos por qué algunos asteroides, satélites o planetas se llaman como se llaman, de dónde proceden ciertos nombres de animales y plantas, cómo se bautizaron determinados elementos químicos de la tabla periódica y muchas cosas más. Todo contado con maestría de la mano y pluma de uno de los grandes divulgadores de este país, quien siempre que puede introduce alusiones al mundo del cine, de la literatura y del arte. Eso sí, como el libro no se puede extender infinitamente, al bueno de Dani se le han escapado cosas que a mi alma de friki le han hecho saltar las alarmas de un pejiguero como yo, y que son: 1) la no alusión a "Frankenstein" en el capítulo dedicado a Prometeo (la novela de Mary Shelley llevaba por título original "Frankenstein o el moderno Prometeo"); 2) hay una película clásica de la mítica productora británica Hammer, titulada "La gorgona", que podría haber aparecido citada en el capítulo dedicado a Perseo; 3) para el capítulo en que se habla de Mercurio (Hermes) me hubiera hecho ilusión que hubiese sido mencionado el traje original de un superhéroe como Flash; 4) finalmente, y para que Dani no me estrangule la próxima vez que coincidamos en el espaciotiempo, quiero decirle que el autómata Talos aparece en una secuencia mítica de la película de 1963 "Jasón y los argonautas", animado fotograma a fotograma por el gran Ray Harryhausen.

En definitiva, y por si alguien aún no lo ha entendido, quiero decir que "Del mito al laboratorio" es un pedazo de obra maestra, una joya cuya rareza hoy ojalá sea la piedra de toque para muchas otras obras (ya serán imitaciones) que han de venir. De momento, démosle las gracias a Dani por haber abierto el camino y mostrarnos la belleza de la ciencia y de la CULTURA. ¡Te quiero, amigo!


Eso no estaba en mi libro de Historia de la Ciencia (reseña)

Siempre he dicho que no se puede ser objetivo con los libros escritos por los amigos. Y esta máxima nunca ha sido más cierta que con el penútimo libro de Eugenio Manuel Fernández Aguilar, "Eso no estaba en mi libro de Historia de la Ciencia", editado por Guadalmazán.

Eugenio no ha escrito un libro de divulgación científica al uso. En él no encontraremos conceptos abstrusos, leyes físicas o químicas ni tampoco descubrimientos científicos explicados de forma sencilla y asequible para el más "mortal" (jijiji) de los humanos. No, se trata de un libro muy distinto y, según mi conocimiento, un texto único y original en su género, quizá incluso constituya la semilla de un nuevo subgénero en la divulgación. Al tiempo...

Porque "Eso no estaba en mi libro de Historia de la Ciencia" habla menos de ciencia y más de las personas que hacían ciencia, pero tampoco desde la intención de bombardearnos con infinidad de datos biográficos, de enfatizar sus hazañas profesionales, sus logros científicos, sino desde un punto de vista del todo inesperado para todo aquel que decida abrir el libro por la primera página. Eugenio nos habla de un aspecto muy poco o nada abordado en los libros de divulgación de la ciencia y, menos aún, en los de texto. Nos relata las circunstancias en que fallecieron no pocos "héroes de la ciencia", como él mismo los denomina muy acertadamente. Y es que se trata de personajes que muchas veces han dado su propia vida a cambio de salvar infinidad de otras ajenas, anónimas, gracias al legado imperecedero que dejaron tras de sí.

Más de 150 personajes -entre físicos, químicos, biólogos, matemáticos, botánicos, médicos, entomólogos, vulcanólogos, etc.- discurren por las páginas del libro, todos ellos habiendo fallecido en las más diversas circunstancias: unas veces en pos de algún descubrimiento científico, otras por accidente y otras de forma incomprensible, hasta tragicómica, si se me permite una pizca de humor negro. De hecho, esta es una característica de la narración de Eugenio, precisamente el saber tomarse con humor las cosas que cuenta, por tristes que nos puedan resultar y, no obstante, sin faltar al respeto en ningún momento, pero también evitando dramatizar o relativizar en exceso.

Otro aspecto destacado del libro, en mi opinión, es que Eugenio ha sabido mostrar a los científicos -más o menos célebres- como seres humanos, con las mismas virtudes y defectos que cualquiera otra persona, con las mismas miserias, alegrías, anhelos. Un libro necesario para humanizar a todos aquellos que han dedicado, de una forma u otra, sus vidas a la ciencia. Porque los científicos no somos esos seres extraños, asociales, endiosados y encaramados a lo alto de torres de marfil, alejados del resto del mundo. Al fin y al cabo, qué nos hace más humanos que la propia muerte, con su guadaña igualadora, la implacable democratizadora universal.

Así y todo, el mayor valor de "Eso no estaba en mi libro de Historia de la Ciencia", y que puede pasar desapercibido al ojo descuidado y que no sepa leer entre líneas, lo constituye el descubrimiento de tantos y tantos caracteres extraordinarios, personas únicas, muchas de ellas anónimas o desconocidas para el gran público que no figuran en los tratados tradicionales de historia de la ciencia. Eugenio nos descubre a más de un centenar y medio de estos personajes cuya vida y logros merece la pena bucear entre ellos. Después de todo, quizá sean sus muertes las que paradójicamente nos lleven a interesarnos por sus vidas y sirvan para que decidamos buscar, investigar, descubrir y aprender más, mucho más. ¿Estamos dispuestos a que su muerte sea el final del camino o el principio de otro mucho más fructífero? ¡Gracias, Eugenio! Por mostrarnos el camino...


En busca de Spock: más allá de los ovnis - Conferencia

El pasado 12 de mayo tuve el placer y el privilegio de impartir una conferencia invitado por Escépticos en el Pub, en Madrid. El título de la misma fue "En busca de Spock: más allá de los ovnis".
Quiero agradecer enormemente a sus organizadores, en especial a Inma León (@InmaLeonC) y a Emilio Molina (@ej_molina_c), por el trato que me dispensaron. También a todos cuantos amigos y fans se acercaron hasta el Moe Club a escucharme y compartir un rato de ciencia, escepticismo y refrigerios. ¡Natalia, mil gracias por tener un rato para ir a verme!

Aquí debajo os dejo el vídeo de la charla y en este enlace la entrevista que me hicieron momentos antes de impartir la conferencia. Espero que os gusten y las disfrutéis...


Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia


El próximo 11 de febrero se celebra el "Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia". Con él se pretende poner de relieve el papel del género femenino a lo largo de la historia de la ciencia, recordar a las mujeres que han contribuido con su trabajo y sus descubrimientos, tantas veces ignorado(s) o infravalorado(s) en comparación con el/los de sus colegas masculinos. Asimismo, el objetivo es incentivar, promover y estimular vocaciones científicas entre las niñas, sin olvidar las prácticas y medidas necesarias para que se logre al fin la ansiada igualdad de género en el ámbito científico.

Como sabéis todos los lectores asiduos de este blog, soy colaborador de la plataforma de divulgación Naukas. Pues bien, desde esta plataforma, mi querida Teresa Valdés (@tvaldessolis), colega, compatriota y presidenta de la ADCA (Asociación de Divulgación Científica de Asturias) está organizando, por tercer año consecutivo, la conmemoración de fecha tan señalada. Para ello, se le ha ocurrido organizar una serie de Retos en los que se trata de averiguar el nombre de una científica, oculto tras una serie de pistas. Dichos Retos se publicarán, uno por uno, a lo largo de hoy, 1 de febrero, en todos aquellos blogs y webs que así lo deseen. Las respuestas de los lectores/participantes se dejarán en los comentarios del post y permanecerán ocultos hasta el día 11 de febrero, cuando Teresa se encargará de recopilar todos y hacerlos públicos, con el fin de elegir al vencedor, que será quien mayor número de Retos haya resuelto y que será debidamente reconocido, agasajado y obsequiado con una maravillosa sorpresa. Otra opción igualmente válida consiste en dejar las respuestas a cuantos Retos seáis capaces de resolver en este formulario online. Desde Twitter, podréis seguir todo el proceso a través del hashtag #RetoNaukas11F.

Por mi parte, he decidido poner mi granito de arena y contribuir proponiendo mi propio Reto, cuyas pistas os dejo aquí debajo. Dejaré los comentarios ocultos hasta el día 10 de febrero, para que nadie conozca la respuesta a través de otro participante. Evidentemente, la gracia del enigma consiste en no acertar únicamente el nombre de la científica oculta, sino en aportar información que falta en las pistas, es decir, justificar y complementar el mayor número de pistas posible. ¡Ánimo y... a participar! Es más fácil de lo que parece, si lees con atención. ¡Suerte a todos!


PISTAS



1.- En 1892, a sus 14 años, obtenía la graduación en una escuela femenina de una de las más bonitas capitales europeas.

2.- Nació en el seno de una familia judía laica.

3.- En su época, seguir los estudios que quería no les estaba permitido a las mujeres. Siguiendo los deseos de su padre, quien ejercía como abogado, se matriculó en un programa de tres años que le permitiría obtener un diploma para enseñar francés. Ella calificaría aquella época como sus "nueve años perdidos".

4.-  Unos meses antes de cumplir los 21 años se matriculó en la universidad para comenzar la que iba a ser una brillante carrera científica.

5.- Uno de sus profesores le propuso en una ocasión que leyera un artículo escrito por un matemático italiano para encontrar un error que este había cometido, con el propósito de publicar sus conclusiones. Ella se negó, por considerar que la idea no era plenamente suya y que el prestigio sería todo para su profesor.

6.- En diciembre del mismo año en que se publicaría una de las teorías científicas más brillantes de la humanidad, ella defendió su tesis doctoral y pasó a ser la segunda mujer en obtener un doctorado en la universidad donde había realizado sus estudios.

7.- Hacia el final del verano de 1907, pidió dinero a sus padres para viajar a Berlín, uno de los lugares de mayor prestigio para estudiar el campo que ella deseaba desde niña.

8.- Hacia los últimos días del mes de septiembre conoció al que sería su compañero de trabajo hasta el mismo día de su muerte. De hecho, ambos fallecieron el mismo año.

9.- El sexismo y la xenofobia hicieron que fuera marginada por los principales laboratorios de la institución donde comenzaría a llevar a cabo sus investigaciones. Se le dejó como lugar para trabajar un taller de carpintería recién convertido y situado en el sótano del edificio. Le impidieron asistir a las clases que se daban en los pisos superiores.

10.- Los artículos publicados por ella y su compañero siempre llevaban los nombres y apellidos completos de ambos.

11.- Un célebre Premio Nobel, cuando la conoció personalmente y no solo a través de su nombre en los artículos, dijo: "Ah, creía que era usted un hombre". Luego, le dio la espalda y dejó que ella acompañara a su esposa de compras por la ciudad, mientras él discutía de ciencia con su compañero.

12.- A partir de 1913 y a lo alrgo de 1914, su compañero recibió más de 100.000 marcos de la época como retribución por suministrar una cierta cantidad de una sustancia que había purificado en su laboratorio. Le dio una décima parte de ese dinero a ella, por su colaboración en el proyecto.

13.- Sus escrupulosas medidas de higiene y seguridad en el laboratorio les permitieron disfrutar de vidas longevas, prácticamente nonagenarios.

14.- Mientras su colega prestaba servivio en el frente de Bélgica en la Primera Guerra Mundial, ella se presentó voluntaria para ayudar a atender a los heridos en los hospitales de campaña en el frente del Este.

15.- Su colega fue nombrado especialista en la guerra química y se le ordenó que participara en los experimentos que se hicieron con gas venenoso en el frente belga.

16.- En marzo de 1918 publicaron un artículo titulado: "Die Muttersubstanz des [...], ein Neues [...] von Langer Lebensdauer". (Algunas palabras del título me las como a propósito, para que no sea tan fácil).

17.- En aquel artículo afirmaban haber descubierto un elemento nuevo de la Tabla Periódica. Si bien ella había realizado gran parte del trabajo, el nombre de su compañero figuró como autor principal.

18.- Exiliada a causa de su origen judío, tuvo que interpretar los resultados que obtenía su colega a medida que este se los iba explicando a través de cartas. Probablemente, su exilio forzoso contribuyera decisivamente a que perdiese un más que merecido Premio Nobel.

19.- La noche de un 12 de julio, mientras viajaba en tren en compañía de su sobrino, le retiraron el pasaporte en la frontera de Alemania con los Países Bajos.

20.- Viajó a una capital europea célebre por ser la sede de uno de los institutos más prestigiosos del mundo en el campo de otra de las teorías más fructíferas que ha dado la ciencia.

21.- Ella nunca se sintió cómoda en aquella ciudad y, poco después, la abandonaría para viajar a otra gran capital europea, donde fue invitada (con no demasiado entusiasmo) a trabajar en el instituto de investigación fundado por un célebre científico sueco.

22.- Mientras tanto, los nazis habían confiscado todos sus bienes en Alemania, bloqueando su cuenta bancaria y su pensión.

23.- El día de Navidad de 1938, lejos de su patria y privada de la compañía de la mayoría de sus amigos y colegas, sentada sobre un tronco al lado de un camino nevado y desierto, tuvo un instante de revelación que fue tan revolucionario, tan intenso y tan contrario al saber aceptado que rivalizaba con los de otros grandes mitos de la Historia de la Ciencia.

24.- El fenómeno que descubrió y fue capaz de explicar recibe hoy día un nombre que fue acuñado por su sobrino, cuando preguntó a un biólogo norteamericano por el proceso en el que una única célula se divide en dos. Cinco semanas más tarde, el trabajo apareció publicado en la revista Nature.

25.- Al final de la Segunda Guerra Mundial fue invitada a regresar y ocupar su antiguo puesto en la ciudad donde había comenzado su carrera. Se negó y decidió emigrar a Inglaterra, estableciéndose en Cambridge.

26.- Nunca se le otorgó el Premio Nobel, a pesar de que tanto a su compañero como a otros colegas en el mismo campo de investigación sí les fue concedido por logros que, en comparación con el suyo, quizá lo merecieran menos.

27.- En un congreso celebrado a principios de la década de 1960 ella y su compañero fueron homenajeados. Mientras caminaban hacia el escenario, ella se volvió hacia él y le susurró en alemán: "¡Camina derecho, Hahnschel, o van a pensar que eres un viejo!"